¿Cómo elegían sus nombres los antiguos romanos?

Todos hemos oído alguno de los nombres de los grandes emperadores de la Antigua Roma: Cayo Julio César, Marco Aurelio Antonino, Publio Cornelio Escipión, etc. Pero ¿Qué tienen en común todos ellos? Básicamente que en su mayoría estaban compuestos por tres o más nombres. Pero ¿Sabes por qué? En este artículo te lo explicamos.

El principal motivo de que en la época clásica se usaran tres o más nombres fue la aprobación de la ley Iulia Municipalis en el año 43 d.c. Esta norma establecía que todo nombre romano debía cumplir la trianomina, es decir, que tenía que estar compuesto al menos por praenomen (prenombre), nomen (nombre) y cognomen (apodo).

El primero o prenombre equivalía al nombre de pila y sólo se podía elegir entre 20 opciones. Las más comunes: Caius, Marcus, Publius, Titus, etc.

El segundo elemento o nombre hacía referencia a la familia del recién nacido. Así, si se trataba de un descendiente patricio su nombre terminaba en –ius (Ejemplo: Iulius), si era plebeyo en –erus o –arus, y si pertenecía a una familia de Lusitania, antigua provincia romana que comprendía el sur de Portugal y el sur-occidente de Hispania, en –inus (Ejemplo: Antoninus).

Finalmente, el último nombre o cognomen hacía referencia a alguna característica o virtud del neonato. Así por ejemplo César significa “cabellera” o Escauro “ojos verdes”.